La marginación de Chile del Mundial 2030 caló hondo en las autoridades del país trasandino, que cuestionaron duramente a la FIFA por excluirlos de la cita más importante del deporte.
El presidente, Gabriel Boric, se refirió al tema y señaló su disconformidad con el destrato de la FIFA: “Lamento que haya instituciones que funcionen de manera poco seria y sorpresiva y por supuesto, vamos a hacer valer todos los derechos que le correspondan a Chile, porque con la integridad nacional y con el nombre de Chile no se juega”
Luego, dejó entrever que la marginación no tuvo nada que ver con algún tipo de negligencia: “Esto no es una decisión que sea en la que el Gobierno haya pecado en algún tipo de negligencia. Es una decisión propia de la FIFA. Lo conversé con los presidentes de Argentina y Paraguay y ellos se enteraron cuando esta decisión se hizo pública”, afirmó.
Del otro lado de la Cordillera, consideraron esta marginación como un desprecio y un fracaso incluso político de un país que había levantado la bandera del Mundial como uno de sus grandes objetivos deportivos de los próximos años.
La candidatura de Chile para ser sede se había manifestado firmemente en el Gobierno de Gabriel Boric, así como anteriormente en el de Sebastián Piñera. El compromiso era absoluto e incluía a las autoridades de todos los niveles, que participaron activamente en las mesas de trabajo y reuniones que se realizaron en forma periódica.