
El ejército israelí ordenó la evacuación inmediata de más de un millón de habitantes del norte de la Franja de Gaza al sur, en medio de su intenso bombardeo en represalia por los ataques de Hamás, mientras la ONU urgió anular la medida y advirtió que tendría consecuencias “devastadoras”.
En un comunicado, el ejército de Israel llamó a “la evacuación de todos los civiles de la Ciudad de Gaza de sus casas hacia el sur por su propia seguridad y protección, y moverse al área al sur de (la quebrada) Wadi Gaza”.
Desde el inicio de las hostilidades, el 7 de octubre por un sangriento ataque del movimiento islamista palestino Hamás, alrededor de 1.200 personas han muerto en Israel, en su mayoría civiles.
En la Franja de Gaza, los masivos bombardeos israelíes, lanzados como respuesta, han dejado 1.417 muertos, incluidos numerosos civiles, según las autoridades locales.
La ONU, informada momentos antes de la orden israelí de “reubicación” de 1,1 millón de habitantes del norte de Gaza hacia el sur en 24 horas, urgió anular inmediatamente esa medida tras advertir que es “imposible” su ejecución.
Horas antes, el primer ministro israelí, Benjamin Betanyahu, prometió destruir a Hamás, tras conversar en Tel Aviv con el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken.
“Así como el EI (Estado Islámico) fue aplastado, Hamás será aplastado”, afirmó Netanyahu, una declaración que pareció anticipar una ofensiva terrestre en Gaza contra Hamás.
Por su parte, Blinken ratificó el jueves su apoyo a Israel aunque llamó a considerar las “aspiraciones legítimas” de los palestinos y “las necesidades humanitarias” en Gaza.
“Puede que ustedes sean lo bastante fuertes para defenderse” por sí mismos, “pero mientras Estados Unidos exista (…), siempre estaremos a su lado”, afirmó Blinken tras reunirse en Tel Aviv con Netanyahu.