Un nuevo estudio encontró que las personas que duermen mal también son más propensas a ser obesas.
Abdul-Aziz Seidu, de la Universidad James Cook, fue coautor del trabajo y afirma que la obesidad alguna vez se consideró un problema solo para los países de altos ingresos, pero ahora es un grave problema de salud pública en todo el mundo.
“La prevalencia de la obesidad se ha triplicado en las últimas cuatro décadas, con el 13% de la población total del mundo ahora clasificada como obesa”, resumió Seidu.
El estudio tuvo como objetivo evaluar si la mala duración y calidad del sueño son factores de riesgo significativos para la obesidad en adultos australianos mayores de 15 años.
El Sr. Seidu dijo que el equipo utilizó la encuesta Household, Income and Labour Dynamics in Australia, que recopila datos longitudinales de más de 13,000 personas dentro de más de 7000.
“Encontramos que la proporción de mala duración del sueño, definida como menos de 7 horas o más de 9 horas, entre los adultos obesos es del 43%, en comparación con el 32% entre los que tienen un peso saludable. La mala calidad del sueño entre los adultos obesos se midió en un 36%”, dijo Seidu.
Afirma que la mala duración y calidad del sueño aumenta la secreción de hormonas y exacerba el riesgo de ser obeso, al tiempo que reduce los niveles de leptina en la sangre que suprimen el apetito y eleva los niveles de grelina en la sangre que promueven el apetito.
“Desde una perspectiva conductual, la probabilidad de hábitos alimenticios poco saludables es alta entre las personas que tienen mala duración y calidad del sueño”, remarca Seidu.