El champán rosado es en esencia éxtasis, MDM, pero que tiene una presentación de cristales y se vende por gramos. Se diluye en algún líquido como agua o bebida o se consume directamente de manera subcutánea, según explicó a Gen Francisco Ayala de la Senad.
En tanto, el tusi cocaína rosada es ketamina, un potente anestésico de uso veterinario, que se mezcla con éxtasis o cocaína y se le agrega colorante para darle color rosado. Se comercializa en forma de polvo. Generalmente se diluye en la bebida o se consume con golosinas para darle un mejor sabor.
“En ambos casos son estimulantes muy fuertes y potentes desinhibidores que ayudan a la extroversión de las personas, rompen las barreras y límites de la timidez y hacen que las personas se abran dentro del entorno”, comentó Ayala.
Los efectos son sensaciones de euforia, energía y falsa felicidad, que son características que buscan los consumidores.
Sin embargo, el peligro es muy grande a corto y largo plazo, pues, estas drogas producen una elevada temperatura corporal, aumentan el ritmo cardíaco y causan una deshidratación muy fuerte.
Estas sustancias son sumamente dañinas para el organismo, pues son productos químicos mezclados con cocaína y éxtasis, con una capacidad de generar adicción y despertar enfermedades o llevar a la muerte.
El narcoinfluencer detenido ayer en el barrio San Cristóbal frecuentaba locales y bares nocturnos a los que acuden solamente personas de gran poder adquisitivo.