El jurado ha dado por probado más allá de toda duda razonable que Trump falseó, voluntariamente y con conocimiento, los reembolsos a su entonces fiel colaborador y asesor legal Michael Cohen por valor de 420.000 dólares (unos 387,78 mil euros) con la intención de ocultar el pago a Daniels antes de las elecciones de 2016, a cambio de mantener sus secretos.
Trump quería que no se diera a conocer la versión de Daniels sobre un supuesto encuentro sexual entre ambos en un hotel del Lago Tahoe (California) en 2006, durante un torneo de golf en el que Trump quedó en un deshonroso puesto 62.
Los pagos y documentos se realizaron en 2017 y han sido hoy la razón por la que Trump se ha convertido en el primer exmandatario estadounidense convicto en un caso penal.
Los documentos que dan pie a los 34 cargos de los que Trump ha sido declarado culpable de delitos de falsificación documental son 11 cheques, 12 comprobantes de pago y 11 facturas destinados a Cohen por valor de 420.000 dólares.
De ese monto, 130.000 dólares (unos 120 mil euros) fueron ocultados de diversos modos para reembolsar a Cohen el pago por el mismo monto a Daniels, 180.000 fueron pagados para cubrir posibles consecuencias fiscales, 60.000 en un bono para Cohen y 50.000 para otros gastos a proveedores.
Esos 130.000 dólares se intentaron ocultar en 12 reembolsos de 35.000 dólares (unos 32,3 mil euros) que constaban incorrectamente como “gastos legales»; algo ilegal y que este jueves el jurado consideró probado.
Hasta nueve reembolsos en forma de cheque llevaban la ya icónica firma de Donald Trump.
De todos esos documentos se han devenido los 34 cargos de culpabilidad por “falsificación de documentos mercantiles” de los que el jurado ha encontrado culpable a Trump tras nueve horas y media de deliberaciones.
Los cargos podrían haber sido considerados solo una falta bajo la ley del estado de Nueva York si no se hubiera demostrado también que tenían “la intención de defraudar con el motivo de cometer otro crimen o permitir la ocultación de su comisión”.
Esa ocultación de otro crimen, como argumentaba la Fiscalía, ha sido el incumplimiento de la ley electoral de Nueva York que no permite “la elección de una persona para un cargo público por medios ilegítimos”.
Con todo, la noche en la que Trump invitó a Daniels a su suite en el Lago Tahoe envuelto en un pijama de seda ha sido, contra todo pronóstico, histórica.