“Los pobres tienen aún mucho que enseñar porque, en una cultura que ha puesto la riqueza en primer lugar y que con frecuencia sacrifica la dignidad de las personas sobre el altar de los bienes materiales, ellos reman contracorriente, poniendo de manifiesto que lo esencial en la vida es otra cosa”, dijo el papa Francisco.
Según remarcó, el día en conmemoración de los pobres, que instauró el mismo Francisco, “es ya una cita obligada para toda comunidad eclesiástica” y “una oportunidad pastoral que no hay que subestimar”.
Esta jornada “incita a todos los creyentes a escuchar la oración de los pobres, tomando conciencia de su presencia y necesidad”.
También la describe como “una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que ayuden “concretamente a los pobres”, y que sirva para “reconocer y apoyar tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesidades”, tanto religiosos como laicos.
“Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumento de dios para la liberación y promoción de los pobres, y para permitirles ser plenamente parte de la sociedad”, agrega Francisco.
El papa también es crítico con planteamientos actuales que rigen la sociedad y que en su punto de vista acaban llevando a guerras.
“La mentalidad del mundo exige que nos convirtamos en alguien, que nos hagamos un nombre a cualquier precio, rompiendo las normas sociales para acumular riqueza”, lamenta Francisco.
En su opinión, “la violencia provocada por las guerras muestra claramente la arrogancia de quienes se consideran poderosos ante los hombres”, pero “se empobrecen por políticas equivocadas relacionadas con las armas” y causan “víctimas inocentes”.
“La felicidad no se puede adquirir pisoteando los derechos y la dignidad de los demás”, añade Francisco.
El mensaje del papa se produce ante la celebración de la cumbre de los líderes del G7 en el sur de Italia, donde el pontífice asistirá mañana para tratar asuntos clave en el encuentro como los retos de Inteligencia Artificial o los conflictos bélicos a nivel mundial.