Fue uno de los momentos más memorables de lo que posiblemente sea la ceremonia de apertura más singular de la historia, pero generó controversia en todo el mundo.
La escena en cuestión fue descrita por algunos críticos como una parodia de “La Última Cena” en la que aparecen artistas drag y múltiples bailarines.
La actuación y escena en cuestión también incluía a Philippe Katerine, un artista francés que interpretó al dios griego del vino Dioniso y rápidamente se hizo conocido como el «chico azul semidesnudo».
En la performance, Katerine cantó una canción mientras estaba acostado en una mesa, aparentemente sin ropa y cubierto de pies a cabeza con pintura azul brillante.
Su aparición se volvió viral en redes sociales y fue vista por millones de personas en todo el mundo. En una entrevista con CNN, Katerine dijo que su canción “Nue” –o “Naked”– era un mensaje por la paz, inspirado en guerras como las de Gaza y Ucrania.
“¿Habría habido guerras si hubiéramos permanecido desnudos? La respuesta es que quizá no, porque no se puede esconder un arma o un puñal cuando se está desnudo”, afirmó.
“Así que tienes esta idea de inocuidad cuando se trata del hombre desnudo. Y la idea de los orígenes de los Juegos Olímpicos en Grecia, que están representados hoy en día porque cuando ves pinturas, también son de atletas desnudos, también con esta idea de que no pueden llevar armas cuando están desnudos.
“Esta fue también la idea detrás de los orígenes de los Juegos Olímpicos. Así que estuve allí, simplemente, para cantar esta canción”.
Los organizadores olímpicos se disculparon por la escena después de que fuera criticada por la Iglesia católica y grupos cristianos.
La Iglesia católica francesa dijo que las festividades “incluyeron escenas de burla y mofa del cristianismo”.
La portavoz de París 2024, Anne Descamps, dijo más tarde que «claramente nunca hubo intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso», mientras que el director de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly, insistió en que «La Última Cena», un mural pintado por el artista renacentista Leonardo da Vinci, no fue la inspiración detrás de la escena.
Katerine dijo que estaba “profundamente apenado” si su aparición shockeó a la gente, pero confirmó que nunca fue su intención y que las consecuencias fueron provocadas por un “malentendido”.
“Yo fui educado como cristiano y lo mejor del cristianismo es el perdón. Para mí es lo más hermoso que existe: el perdón”, añadió.
“Por eso pido que me perdonen si he ofendido a alguien, y los cristianos del mundo me lo concederán, estoy seguro, y comprenderán que en gran parte fue un malentendido, porque en el fondo no se trataba en absoluto de representar ‘La Última Cena’”.
Katerine rápidamente se dio cuenta de las críticas y dijo que volvió a ver su actuación para entender por qué la gente estaba molesta.
“Vi algo muy colorido, reconciliador y pacífico”, dijo, y agregó que quedó “sorprendido”.
El cantante dijo que era la primera vez que cantaba la canción y que estaba frustrado porque el Comité Olímpico Internacional (COI) se había negado a utilizar subtítulos, lo que provocó en parte, dice, la confusión.
A pesar de recibir críticas de algunos, Katerine también fue elogiado por crear uno de los recuerdos duraderos de la lujosa ceremonia.
Dijo que tres maquilladores tardaron tres horas en crear su look azul brillante. Su imagen también requirió depilación corporal completa, una dedicación total.
“En el escenario, siempre estoy muy, muy feliz de actuar y lucirme, dentro de los límites de lo razonable, por supuesto”, dijo.
“Pero en la vida soy muy tímido y me gusta esconderme y observar a los demás sin que me vean. Eso es lo que prefiero. Así que es verdad que me divierte verme así, pero ahí lo tienes”.