Director de la RAE pide cuidar el español en las IA para que no creen dialectos propios.
El director de la Real Academia Española (RAE) y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), Santiago Muñoz Machado, llamó a cuidar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) para que las máquinas hablen el español de la forma más correcta posible y a la vez evitar que sus algoritmos creen dialectos digitales que constituirían “un gran quebranto para la unidad de la lengua”.
“Es importante que las máquinas, que son un número creciente de individuos no humanos que usan nuestra lengua, lo hagan de la mejor manera posible”, señaló Muñoz Machado en una entrevista con EFE durante la celebración en Quito de XVII Congreso de la Asale, en el que se tratarán asuntos como los desafíos y oportunidades del español ante las nuevas tecnologías y el mundo digital.
El jurista español consideró que para ello existe “una ventaja competitiva: A ninguna de las empresas tecnológicas que tienen máquinas que hablan les interesa que hablen mal, de la misma forma que a ninguna escuela o universidad le interesa tener a alumnos que no manejen bien la lengua”.
“No les interesa a las grandes empresas tecnológicas tener analfabetos. Para ayudarles a que no los tengan, lo que les decimos es que, cuando enseñen a las máquinas a hablar español, usen las herramientas de las academias de la lengua, y de ese modo las máquinas hablarán un idioma igual que el de los humanos”, explicó Muñoz Machado.
El director de la RAE admitió que, por el momento, no han detectado grandes desviaciones en la inteligencia artificial respecto al canon que las academias establecen.
«(Pero) hay que cuidar de esto y de que siga siendo así, porque sería factible que los algoritmos que maneja la inteligencia artificial determinaran variaciones del idioma que crearan, a la postre, dialectos digitales de la inteligencia artificial, no ininteligibles desde la lengua española común”, advirtió Muñoz Machado.
“Eso sería un gran quebranto de la unidad de la lengua y una lesión insoportable para una lengua que hablan ahora y con la que se entienden 600 millones de personas. Sería muy grave que ocurriera, pero creo que no hay ninguna voluntad ni interés de que ocurra, ni siquiera económico”, concluyó.