
Se prevé que ya incluso este viernes se hagan algunas pruebas para comprobar que la chimenea funciona.
La Capilla Sixtina del Vaticano cerró al público el pasado lunes para los preparativos del cónclave en el que los 133 cardenales con menos de 80 años, ante el imponente Juicio Universal de Miguel Ángel, votarán a sus candidatos para suceder a Francisco.
Para ello, la capilla debe ser preparada, disponiendo las mesas y los bancos para los debates de los purpurados, y se instala la chimenea con la que anuncian al mundo el resultado de la votación quemando las papeletas.
El humo negro indicará al exterior que no ha habido acuerdo mientras que la fumata blanca, que se consigue añadiendo una sustancia química, anunciará que se ha elegido a un nuevo papa con dos tercios de los consensos, que en esta ocasión serán 89 votos.