La importancia de los músculos para la salud

La función de los músculos abarca mucho más que el movimiento voluntario, ya que también resultan esenciales para el funcionamiento interno de los órganos. Según Medical News Today, el cuerpo humano contiene más de 600 músculos, compuestos por tejido elástico formado por miles de fibras musculares y diminutas fibrillas.
La fuerza muscular depende de la cantidad de fibras presentes, y su funcionamiento requiere adenosín trifosfato (ATP), que las células transforman en energía mecánica.
Tipos de músculo y sus particularidades
Existen tres tipos principales de músculo: esquelético, liso y cardíaco.
El músculo esquelético mueve extremidades y partes externas, se une a los huesos mediante tendones y define la forma corporal. Siempre actúa en pares: al contraerse uno, el otro se relaja, lo que permite los movimientos.
Además, estos músculos generan calor con cada contracción y relajación, lo que contribuye hasta en un 85% al calor corporal, de acuerdo con investigaciones citadas por Medical News Today.
El músculo liso se encuentra en los órganos internos, como intestinos, vasos sanguíneos y estómago. Su funcionamiento es automático e involuntario, controlando procesos esenciales como la digestión y el diámetro de las pupilas.
Por su parte, el músculo cardíaco es exclusivo del corazón, encargado de bombear sangre sin pausas y de forma automática. Su estructura es similar a la del músculo esquelético, pero su función es completamente distinta.
Fibras musculares: lentas y rápidas
El músculo esquelético presenta dos tipos principales de fibras:
Fibras de contracción lenta: Con abundante mioglobina y mitocondrias, resultan esenciales para esfuerzos prolongados y utilizan carbohidratos y grasas como combustible.
Fibras de contracción rápida: Permiten contracciones intensas y breves, responsables del aumento de fuerza y masa muscular tras el entrenamiento.
Bajo el microscopio, los músculos esqueléticos tienen un patrón estriado formado por sarcómeros, fundamental para movimientos fuertes y controlados.
Problemas que afectan a los músculos
La deshidratación, así como la falta de magnesio y potasio, pueden resultar en calambres frecuentes, exponiendo a los músculos a lesionarse.
Además, diversas condiciones pueden afectar los músculos. La debilidad muscular puede tener su origen en trastornos neuronales, accidentes cerebro vasculares, o bien por la compresión de la médula espinal.
Profesionales de la salud suelen evaluar la fuerza muscular usando una escala universal, y pueden indicar pruebas adicionales si detectan debilidad. Medical News Today destaca que el dolor muscular suele asociarse a infecciones o lesiones, y que el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) resulta útil para aliviar síntomas, aunque se recomienda consultar a un médico si los síntomas son intensos o aparecen dificultades respiratorias.
Ejercicio, desarrollo y beneficios
La práctica regular de ejercicio aporta beneficios como mejor equilibrio, mayor salud ósea, flexibilidad, fuerza y resistencia. Además de prevenir enfermedades cardiovasculares. Se reconocen dos grandes tipos de actividad física:
Aeróbica: Rutinas prolongadas de intensidad media o baja, como correr, que utilizan principalmente fibras lentas y generan poco ácido láctico.
Anaeróbica: Ejercicios intensos y breves, como levantar pesas o carreras de velocidad, que emplean mayormente fibras rápidas y producen más ácido láctico.
Mientras el ejercicio anaeróbico aumenta la fuerza muscular, el aeróbico mejora la condición física general.