
El sentido del olfato desempeña un papel fundamental en la vida cotidiana, permite percibir olores agradables, como el de una comida recién preparada, y alerta sobre situaciones peligrosas, como una fuga de gas o un incendio.
Sin embargo, millones de personas en el mundo viven sin esta capacidad sensorial debido a la anosmia, una condición que provoca la pérdida total o parcial del olfato y que, en muchos casos, está subdiagnosticada o minimizada.
Cada 27 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Anosmia, una jornada dedicada a sensibilizar sobre esta afección y su impacto en la vida de quienes la padecen. A diferencia de otras discapacidades sensoriales, la anosmia no suele recibir la misma atención, aunque puede afectar significativamente el bienestar emocional y la seguridad de las personas.
La anosmia puede tener múltiples causas, que van desde infecciones virales hasta traumatismos en la cabeza, trastornos neurológicos o el uso de ciertos medicamentos.
“Entre las principales causas de pérdida de olfato (y gusto) se encuentra la poliposis nasal, una condición caracterizada por el desarrollo de pólipos benignos en el interior de la nariz o en las zonas huecas dentro de los huesos de la cara, también conocidas como senos paranasales”, refirió la doctora Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga y expresidente de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).
Sobre esta condición, la doctora Susana de Barayazarra, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), explicó: “La poliposis nasal consiste en la presencia de pólipos nasales en un cuadro de rinosinusitis crónica. Esta última es sumamente frecuente y, además de la posible pérdida parcial o total del olfato, genera secreciones, congestión y obstrucción nasal, estornudos, dolor y presión facial, manifestaciones que dificultan el sueño y otras actividades diarias.”
Según distintos estudios, la intensidad de los síntomas de la rinosinusitis crónica puede compararse con enfermedades debilitantes como la insuficiencia cardíaca, el dolor de espalda crónico y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). A pesar de su impacto en la calidad de vida, la poliposis nasal sigue siendo una condición subestimada.
“La poliposis nasal es un cuadro sumamente subdiagnosticado, tal vez porque el paciente se acostumbra a convivir con sus síntomas y a la mala calidad de vida que este le ocasiona, sin realizar una consulta médica, o porque los pólipos nasales pueden pasar clínicamente inadvertidos si no se realizan estudios específicos”, concluyó la doctora de Barayazarra.