
El pasado viernes 14 de febrero el papa Francisco fue hospitalizado por cuarta vez desde que fue elegido en 2013, después de que se le diagnosticara bronquitis la semana pasada. A Francisco le extirparon parte de un pulmón cuando era joven y tuvo ataques recurrentes de bronquitis, especialmente en invierno. Tras muchas complicaciones, falleció este lunes por la madrugada a los 88 años.
En un boletín vespertino, el Vaticano dijo que las pruebas preliminares mostraron que Francisco tenía una infección del tracto respiratorio y fiebre leve. Estaba en el hospital Gemelli de Roma, donde recibía terapia con medicamentos.
El Papa tuvo también otros problemas de salud en los últimos años que le empeoraron su condición. Le extirparon parte del intestino grueso en 2021. Usó silla de ruedas, bastón o andador por culpa de los ligamentos de la rodilla y sufrió dolores nerviosos de ciática.
La bronquitis suele estar provocada por virus respiratorios, desde el resfriado común hasta infecciones más graves como la gripe o el VSR. La bronquitis aparece cuando las vías respiratorias que conducen a los pulmones se inflaman, provocando mucosidad que la gente intenta expulsar tosiendo.
El sistema inmunitario se debilita con la edad, lo que hace a las personas mayores especialmente vulnerables a los virus respiratorios y a complicaciones derivadas de ellos, como la bronquitis. El Papa ha se resfrió a principios de mes y por eso fue propenso a sufrir bronquitis repetidas veces.
Cuando los síntomas de la bronquitis se agravan (dolor en el pecho, respiración sibilante y dificultad para respirar), es importante acudir al médico. El tratamiento puede incluir broncodilatadores para abrir las vías respiratorias y facilitar la respiración, y antiinflamatorios, como los esteroides, para combatir la inflamación y ayudar a drenar la mucosidad. Los médicos también pueden tratar la infección subyacente con antivirales o, si la causa es una infección bacteriana en lugar de un virus, con antibióticos.
A veces la bronquitis puede derivar en neumonía, una infección más profunda y grave de los alvéolos pulmonares. Francisco dijo que tuvo un caso de neumonía en 2023. El tratamiento varía en función de la gravedad, pero puede incluir la administración de oxígeno a través de una sonda nasal o una mascarilla, líquidos intravenosos y el tratamiento de la causa subyacente de la infección.